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Sirrion, Llama Fluyente

  • Género: Masculino o ninguno (feroz energía)
  • Categoría: Deidad Intermedia
  • Plano Natal: Limbo
  • Otros nombres: Maestro del Fuego, el Alquimista, el Mago (Mithas).
  • Plano de residencia: el valle Oculto
  • Símbolos: fuego multicolor
  • Colores: rojos y amarillos brillantes
  • Símbolo celestial: el planeta Sirrion
  • Alineamiento: caótico neutral
  • Ámbito de poder: fuego, fuerza, sol, Llama, energía natural, transformación
  • Adoradores: alquimistas, amantes, guerreros
  • Alineamiento de los clérigos: Caótico maligno, Caótico Bueno y Caótico Neutral
  • Dominios:Fuego,* Pasión*, *Caos*, "Destrucción" (se sustituyen los dominios de Pasion y Caos por el de destrucción, ya que los citados anteriormente no se encuentran en el Nwn)
  • Arma predilecta: mangual pesado (”Golpe Flamígero”)
  • Vestimentas preferidas: túnicas sueltas de color rojo y amarillo, medallón de fe de forma de llama, de oro y cobre

Sirrion es el dios de la creatividad y de la pasión. Esculpe el fuego del alma con formas bellas y controla todas las llamas físicas, desde el ardiente sol a la tenue llama de una vela. La alquimia es su dominio, igual que el arte de transformar un estado en otro, a menudo a través del uso purificador del fuego. Sirrion causa incendios para eliminar a los árboles viejos y permitir que crezcan los jóvenes. También quema a aquellos que juegan con fuego para que lo respeten. Los fuegos sólo pertenecen a Sargonnas, la deidad de los volcanes y la destrucción, cuando se descontrolan.

Sirrion no es un dios a quien le preocupen los adoradores mortales, aunque el poder y la belleza del fuego hacen que muchos se le acerquen. Aparta a aquellos que sólo desean poder, pero acepta a los que aman al fuego por su belleza. Sólo recluta activamente seguidores cuando Shinare, su pareja y diosa de la riqueza material, parece estar ganando ventaja. Como las llamas, la furia de Sirrion se enciende rápidamente, y sus rescoldos queman hasta mucho después. Sus clérigos son de naturaleza apasionada, pero también erráticos e inconscientes.

Un clérigo de Sirrion debe tener siempre un fuego encendido en su hogar o en su templo. Reza y obtiene conjuros ante el fuego por la mañana. Los fuegos interiores no se olvidan, y el clérigo debe esculpir su propio fuego interior en una nueva forma cada día. Durante la tarde, el clérigo atiende los fuegos comunitarios, como los de las herrerías, tabernas y otros lugares públicos. Al anochecer, especialmente en villas pequeñas, a veces encienden una gran fogata, usando sus poderes para hacer que las llamas bailen y cambien de color, entreteniendo a los niños y adoctrinándoles sobre sus propios fuegos interiores.

Los clérigos de Sirrion también hacen de bomberos, siempre que un fuego afecta a un edificio o a un bosque deben usar sus conjuros para controlarlo. También son conocedores de los métodos para usar el fuego con la intención de limpiar lo viejo y dar espacio a lo nuevo. Esto puede hacer que la fe de Sirrion tenga problemas con los que ven a los fuegos como destructivos.

Durante el Día eterno, los clérigos de Sirrion renuevan los conjuros y mantienen el fuego eterno. Los solsticios y los equinoccios son días sagrados para los clérigos, días de indulgencia vigilante. Estos son los únicos días que dejan su fuego apagarse, ya que el humor errático de Sirrion puede hacer que se vuelva destructivo.

Como Sirrion es el dios de la pasión, los amantes a menudo dan regalos a sus clérigos para mantener encendido el fuego del amor. La pareja de Sirrion es Shinare, la diosa de la industria y el comercio. Su relación es ardiente, ya que Shinare es oportunista y pragmática, mientras que Sirrion es un artista. A pesar de esto, su amor es profundo.

Historia[]

La iglesia de Sirrion siempre ha sido pequeña, aunque ha crecido en ciertos periodos en los que el clero de Shinare crecía más que el suyo. Antes del cataclismo, su fe se encontraba en los lugares donde florecían la creatividad y la belleza natural.

Durante la era de la Desesperación, muchos gnomos son seguidores de Sirrion y se les deja al cargo de mantener los fuegos eternos del monte Noimporta, un horno de altas temperaturas que impulsa muchos de los inventos gnomos. Los enanos de granate también adoran a Sirrion, aunque por detrás de Reorx, y le honran por mantener los fuegos de las forjas. En el Thorbadin antiguo, era una de las deidades más adoradas.

Después de la Guerra de la Lanza, la adoración a Sirrion nace para luchar contra la destrucción feroz causada por el ejercito de los dragones. Sus clérigos ayudan a aquellos que pierden sus hogares y familias debido al fuego y extienden la comprensión de que es necesaria la existencia del equilibrio y el cambio constantes incluso en épocas turbulentas.

Avatares de Sirrion[]

Sirrion prefiere aparecer como fuego y augurios de humo o cenizas. Cuando toma una forma de avatar, Sirrion aparece como un hombre alto de llameante pelo, barba y cejas. Lleva una túnica que cambia periódicamente de color, muy a la manera de las llamas. En batalla esgrime una espada en llamas de dos manos que ningún mortal puede tocar. Cualquiera que la toque es atacado por la espada para doble daño; el ataque prosigue hasta que el ofensor muere o deja caer la espada.

Deberes del Sacerdocio[]

Los sacerdotes de Sirrion tienen un gran desafío. Deben modelar el fuego en formas hermosas y útiles, sin perder nunca el control y que su poder destructivo sea liberado. Los sacerdotes de Sirrion sirven primariamente a la naturaleza con su manejo del fuego. Ocasionalmente Sirrion garantiza pequeñas bonificaciones a los sacerdotes que contienen un fuego destructor o utilizan el fuego para promover pasiones creativas. También mira favorablemente a aquellos que alteran los planes de industria y comercio de Shinare.

Dogma[]

El fuego es vida y es muerte, es honesto y no discrimina. El fuego es el instrumento de cambio, una herramienta útil y extraordinaria. Haz que la gente no tema al fuego y enséñales todas las cosas buenas que puede hacer para ellos. Domina las llamas para traer luz y calor al mundo, pero nunca permitas que se escapen a tu control, ya que toda llama que quema debe tener un propósito. Busca el fuego en los otros y en ti mismo.

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